
Teatro, lo tuyo es puro teatro
Publicado en 2
Visto. Ya están aquí… ya llegaron… ¡¡el domingo todos a votar!! O no. Todavía no has podido decidirte sobre a quién votar. ¿Y si no vas? Oye, a tu amigo le ha tocado ser presidente de mesa electoral, así que por qué no llevarle unas rosquilletas…
Hecho. Te has presentado allí y, como había cola, te ha venido la inspiración esperando. Casualmente tenías un boli en el bolsillo e impulsivamente has cogido una papeleta al azar, y has escrito el último chiste que te han contado: “Tengo a 26 políticos secuestrados, o pagan el rescate o iremos soltando 1 cada 5 minutos” y lo has metido en la urna.
Duda legalmente razonable. Y ahora qué pasará con mi voto. ¿Le va a favorecer a alguien? ¿Lo leerán? ¿Mi amigo se comerá las rosquilletas?

No me preguntéis a mí el porqué (preguntárselo a mi subconsciente) pero en cuanto me he puesto a pensar en el Hemiciclo, me ha venido a la mente un gran teatro. Así que os lo voy a intentar explicar con ese ejemplo.
Imaginaos: en vuestra ciudad se ha construido un teatro, y para el estreno se van a repartir 6.000 boletos para conseguir 5 butacas gratis.¡¡¡ A ver si conseguimos una en primera fila !!!
Cuatro son los grupos que quieren sentarse en esa platea: los honrados, los guapos, los simpáticos (me sabía mal llamarles los feos) y los caraduras. ¿Y cómo repartimos las butacas? Pues en eso estaba pensando un día un señor llamado Víctor D’Hont, que se ve que era un señor muy “majo” porque se inventó el sistema de reparto más difícil de explicar que pudo. Descansado se quedaría el hombre.
Vamos allá: pongamos que tenemos esas 5 butacas reservadas, y los honrados han conseguido 3.140 boletos, los guapos 1.650, los simpáticos, 1.060 y los caraduras 150.
Los grupos que no han conseguido el 3% de los boletos repartidos se quedan fuera del teatro (si fuera un teatro municipal, sería el 5%). ¿Por qué? Pues preguntárselo al Sr. Víctor. Los caraduras se quedan en el bar y punto.
Ahora se cogen los boletos de los guapos y se van dividiendo entre 1, entre 2, entre 3, entre 4 y entre 5, que son las butacas que tenemos reservadas. Y lo mismo con los boletos de los guapos y los simpáticos. Entonces lo ponemos todo ordenadito y centrado en una tabla:
GRUPOS | 1 butaca | 2 butacas | 3 butacas | 4 butacas | 5 butacas |
Honrados | 3.140 | 1.570 | 1.047 | 785 | 628 |
Guapos | 1.650 | 825 | 550 | 412 | 330 |
Simpáticos | 1.060 | 530 | 353 | 265 | 212 |
Hasta aquí sencillo, ¿no? Pues ahora lo que hay que hacer es ir buscando los números más altos y asignarles sus butacas:
GRUPOS | 1 | 2 | 3 | 4 | 5 |
Honrados | 3.140Butaca nº 1 | 1.570Butaca nº 3 | 1.047Butaca nº 5 | 785 | 628 |
Guapos | 1.650Butaca nº 2 | 825 | 550 | 412 | 330 |
Simpáticos | 1.060Butaca nº 4 | 530 | 353 | 265 | 212 |
Así queda el asunto: los honrados han conseguido 3 butacas, los guapos 1 y los simpáticos 1. ¿Entendido queda? Espero que sí porque otra forma de explicároslo no se me ocurre. Aunque hay otras cositas que pueden interesaros:
Si al final ningún grupo logra convenceros, hay dos maneras de no favorecer ni perjudicar a ninguno, ya que estos boletos no cuentan a la hora de repartir las butacas, por lo que no es bueno ni malo para nadie. Tenéis dos opciones:
Si queréis que al menos las pobres personitas que se han pasado tooooodo el día allí sentados, pidiendo los DNI a la gente, buscando nombres y más nombres en una lista, y teniendo que saludar a todos los vecinos, sonriendo y diciendo alguna frase amable y elocuente, y que encima a última hora tienen que ponerse a contar boletos, rodeados de gente con una tarjetita colgada al cuello, que no les quitan ojo de encima, podéis marcaros un voto nulo. Pero, ya que os ponéis, que sea gracioso ¿eh?, a ver si conseguís que salga en las noticias.
Para ello tenéis que escribir alguna frase en el boleto, hacer un dibujo, meter más de uno en el sobre de diferentes grupos, hacerle un regalito al presidente, no sé, ¿unas entradas de cine?…
Si no os sale a cuenta ir pa´ na, y preferís pasar el domingo en la playita, lo vuestro es la abstención. Y lógicamente, como no habéis entregado ningún boleto, pues no hay nada que sumar y no afectará a los resultados. ¿O sí? Yo iría a votar, no vaya a ser que ganen los que estáis pensando. Igual con vuestro voto hubiese cambiado el cuento. ¿Quién sabe?
La tercera cosa que podéis hacer sí que tiene consecuencias. Señoras, señores… os presento al voto en blanco, o lo que es lo mismo, entregar un sobre vacío. Y decidme tiquismiquis, pero ¿no hubiera sido mejor llamarle voto transparente o voto invisible?
A lo que vamos. El presidente de la mesa electoral tiene que contar este boleto como válido y emitido, por lo que habrá más boletos que contar. Y os acordáis de eso que os he contado de que al Sr. Víctor D´Hont se le ocurrió dejar fuera del teatro a los que no llegaban al 3%. Pues estos votos harían que los grupos tuvieran que conseguir más boletos para poder sentarse en una butaca.
Ah, se me olvidaba. A tu amigo seguro que le hará mucha ilusión que te hayas acordado de él y le hayas llevado las rosquilletas, pero seguro que si le llevas también algo de beber para acompañarlas te ganarás una cenita.
Si te ha ayudado en algo este razonamiento legal, COMPÁRTELO. Y, ya sabes, si tienes más cuestiones sobre éste tema o cualquier otro, NO DUDES EN PONERTE EN CONTACTO CONMIGO.