
En boca cerrada no entran moscas
¡¡Un paso más para la humanidad!! El Tribunal Supremo, desde junio de 2015, ha acordado que las declaraciones policiales no tendrán valor probatorio si los policías no van a repetirlo al juicio, y, además, es necesario que existan otras pruebas que indiquen que lo que pone ahí es verdad. Óle.
Publicado en 4
Visto. El sábado quedaste a cenar con tus amigos y la cosa se fue alargando hasta acabar en la discoteca más cool del barrio, cuando, sin comerlo ni beberlo, te viste envuelto en una batalla campal, con palos, piedras y demás objetos voladores.

Hecho. Tú, tus amigos y media discoteca os encontráis ahora en los coches policiales camino a comisaría, con las esposas puestas.
Duda legalmente razonable. Pero si yo no he hecho nada. ¿Y ahora qué me va a pasar? ¿Qué derechos tengo? ¡¡¡¡Que alguien me ayude!!!!
Lo primero que debe hacer un policía al detener a un malhechor es explicarle muy clarito, para que éste le entienda, qué es lo que ha hecho mal y por qué le detiene. Vamos, más o menos lo que hacen cada día los papás en el parque cuando castigan a sus hijos, pero sin chillar.
Y, además, debe hacer eso que siempre se dice en las películas. Sí, eso. Leerle sus derechos, que son:
1. Derecho a no declarar, a no contestar a algunas preguntas o a decirle al policía que sólo abrirá la boca delante del juez (aunque mejor no utilizar esta frase literalmente). Y, 2. Derecho a no declarar contra sí mismo y a no confesarse culpable.
Sí, amigos, sí. Aunque en las noticias se empeñen en decir que alguien se ha negado a declarar, como si eso fuese la cosa más terrible y ruin del mundo, ESTAMOS ANTE UN DERECHO FUNDAMENTALISÍSIMO, y, desde ya os digo, que suele ser lo más aconsejable para no meter la pata y poder preparar la declaración ante el Juez con el abogado, conociendo ya todo lo que aparezca en el atestado policial.
Y esto porque algunos señores policías (y desde aquí mando un beso a todos los que conozco y que hacen muy bien su trabajo) aprovechan el tiempo que pasa desde la detención hasta que llega el abogado para jugar a “poli bueno, poli malo”, taladrando al detenido para que se ponga a recitar el Quijote en verso: que si eso hará que le condenen a menos tiempo…, que así se irá más pronto a su casita…, que si hay otros detenidos no podrán echarle la culpa a él solito… Vamos, puro teatro para conseguir una declaración. E incluso, no contentos con esto, algunos pillines intentan sacar información con charla de colegueo y luego… PAM, aparece en el atestado como “manifestaciones espontáneas”. Venga ya. Y que conste que no quiero decir yo que todos los policías sean así, pero haberlos, haylos. Por eso, ya sabéis, “EN BOCA CERRADA NO ENTRAN MOSCAS”.
3. Si el detenido no comprende o no habla castellano, tiene derecho a ser asistido gratuitamente por un intérprete. Yo, por si acaso, he aprendido a decir en varios idiomas “calladito estás más guapo”: “sono tranquillamente più bello”; “quietly are most handsome”; “leise sind stattlichste”; “بهدوء كنت أكثر وسيم“; ”Shizuka ni anata ga yori hansamu”.
4. Tiene derecho a nombrar a un Abogado para que los policías le llamen y acuda a acompañarte en todas las diligencias, haga constar en el Acta todo lo que haga falta y vele para se cumplan todos estos derechos. Y si no lo eliges tú, llamarán al Colegio de Abogados para que acuda uno de los del Turno de Oficio.
Recordar que, aunque siempre se intente llegar lo antes posible, la policía tiene que esperar al Abogado designado al menos 8 horas. Y aunque en ese tiempo os inviten a declarar sin él, NO WAY. Mejor esperar que liarla.
Por cierto, es una reivindicación muy antigua de los abogados, a la que siguen haciendo oídos sordos los policías, la de que nos dejen hablar a solas con el detenido ANTES de la declaración policial. Pero parece que en breve, y gracias a la normativa europea, esto va a cambiar, y no tendrán más remedio que dejarnos ver el atestado y tener una charla a solas antes de declarar. Aleluyaaaaaaaa
5. Derecho a que le digan a un familiar o a quien el detenido quiera, dónde se encuentra y por qué. Y mejor será cruzar los dedos y respirar hondo para que al afortunado en recibir la llamada no le dé un patatús.
6. Derecho a ser reconocido por el médico forense, el cual puede ser muy útil para probar que de verdad tú no tenías la culpa de nada, que actuaste para defenderte, o a causa de haber tomado alguna sustancia, digamos, estimulante… O que al momento de declarar ante el señor policía, estabas tan nervioso que le dijiste hasta que habías sido tú el que mataste a Kenedy.
También es importante saber que la detención sólo puede hacerse cuando existe una sospecha más que razonable de que se ha cometido un delito. Y debe hacerse de forma que no perjudique tu reputación, es decir, que hay que evitar, en la medida de lo posible, que se entere todo el barrio y que salga publicado en Facebook, Twitter, Instagram…
Además, debe durar lo menos posible. Sólo lo estrictamente necesario para hacer las averiguaciones que la policía crea oportunas para ver qué ha pasado. En principio, en las primeras 24 horas la policía tiene que comunicar al Juez que se ha producido la detención, y en el plazo máximo de 72 horas, tienen que dejarte libre, como el sol cuando amanece, o llevarte a ver al señor juez para que decida tu futuro inmediato.
Por último deciros que existe un latinajo muy apañado, “HABEAS CORPUS”, que es el nombre que, vete tú a saber por qué, se le da al procedimiento que existe para denunciar que alguno de estos derechos no se ha cumple y, por tanto, es una detención ilegal. Aprendéroslo de memoria porque es lo que tenéis que repetir en bucle para que os lleven inmediatamente a ver al señor Juez y que os suelte ipso facto (ale, otra palabreja en latín de regalo).
Y, ya sabes, si tienes más cuestiones sobre éste tema o cualquier otro, NO DUDES EN PONERTE EN CONTACTO CONMIGO.