
A la de 3, pa ta ta
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Visto. Hoy es la fiesta de graduación en el cole de tu hija y van a hacer una actuación que se han pasado ensayando los tres últimos meses. Oooohhhh Estarán taaaan monos…
Hecho. Llevamos el vestido, los zapatos, las pinturas, los ganchos y la flor. Todo listo. ¡¡¡Ah, no!!! Nos falta la cámara de fotos, la de video, la Tablet y el móvil, no vaya a ser que nos quedemos sin batería y no podamos grabar la actuación. Seguro que me darán muchos Likes en Facebook. ¿O quizá triunfe más una foto en Instagram? Espera, espera, mejor en Twitter.
Duda legalmente razonable. ¿Pasa algo si cuelgo una foto de mi hija en Internet? ¿Y si salen otros niños con ella? ¿Qué consecuencias puede tener esto?

Ay, es que siempre tienen que estar los típicos padres raritos que no quieren que publiques fotos de sus hijos en Internet. ¿Qué culpa tienes tú de que no sean tan guapos como tus retoños? Si es que las comparaciones son odiosas.
Seguro que esto lo has oído más de una vez en el cole de tus hijos, ¿verdad? ¿Y has escuchado también en las noticias casos de bullying, secuestro de niños, violencia de género, abuso de menores, niños en acogida, etc.? Pues aunque creas que no tiene nada que ver, son temas íntimamente relacionados. El anonimato de estos niños es totalmente necesario.
Es cierto que, gracias a la Ley de Protección de Datos, ya es práctica habitual que en los colegios, asociaciones y demás lugares donde se vayan a tomar fotografías y videos de vuestros hijos menores de 14 años, se os pida que firméis vuestro consentimiento para publicar esas fotos en Internet o en publicaciones en papel para los usos que se os detallen (publicidad del centro; recuerdo de una excursión; resumen anual de la guardería…). A partir de los 14, ya son ellos los que deciden lo que se puede publicar y lo que no sobre ellos. Acertado o no, es lo que hay.
¿Pero qué pasa si vosotros no queréis que la imagen de vuestros hijos se haga pública en ningún lugar? Pues que estáis en todo vuestro derecho a denegar ese consentimiento sin dar explicación alguna, ya que es muy difícil controlar dónde, cuándo y con qué motivo se transmite información sobre vuestros hijos. Incluso si ya firmasteis el papel, podéis cambiar de opinión en cualquier momento haciéndoselo saber a la persona responsable.
Es normal que creas que no le haces mal a nadie colgando una foto de tu hijo con sus amigos de la guardería en tu Facebook, pero también es normal que no sepas las intimidades de las vidas de esos niños. Y es importante recordar que el derecho al honor, la intimidad y la imagen de los menores de edad es mucho más importante que ese recuerdo. Y, aún diría más, su seguridad e integridad física.
Igual a tu hijo adolescente no le gusta que se rían de él en el colegio por haber hecho de angelito en la actuación de Navidad de primero de primaria. Y menos aún que se haga viral el video del momento en el que se cayó de culo al pisarse el vestido y se le enredó la peluca rubia en el árbol de Navidad.
Además, no basta con pixelar la cara de ese niño. Lo importante es que no pueda reconocérsele ni por su cara, ni por su ropa, ni por el lugar donde se encuentra. Piensa, por poner un ejemplo, que ese niño, o su madre, ha sufrido malos tratos, y han cambiado de domicilio para alejarse de su agresor. Entonces, si se puede reconocer el colegio al que va, ese impresentable puede presentarse en la puerta para llevárselo. Asusta ¿no?
Pues piénsate también en publicar fotos de los menores en la playa. ¿Quién puede estar al otro lado de la pantalla? ¿Con qué fin está viendo la foto? Para repensárselo, ¿verdad?
En algunos lugares, para evitarse problemas, cuando alguna familia no presta su consentimiento, se están prohibiendo entrar cámaras o móviles y así evitarse problemas. O invitan al niño a no participar en las actividades grupales para así poder exhibirlas en Internet.
Para mí, tanto una solución como otra no son acertadas. No pasa nada porque hagas unas fotos y videos para verlos de vez en cuando en casa y recordar momentos bonitos. O incluso enseñárselos a familiares o allegados que no pudieron ir ese día a verlos. Simplemente hay que explicar a los padres que en caso de hacer fotos o grabaciones, esas imágenes únicamente pueden ser utilizadas para uso doméstico, sin publicarlas en ningún sitio. Y en cuanto a prohibirle a un niño participar en una función con sus amigos para que tú puedas alardear de churumbel… como poco me parece una actitud egoísta y desalmada.
Luego, si el centro o algún padre, abuelo o conocido deciden colgar las fotos de los niños, y con ello atentan al derecho al honor, la intimidad y la imagen de los menores de edad, tendrán que responder ante el Juez si es demandado por los padres o por el Ministerio Fiscal, retirar la imagen y pagar la cifra que se establezca como indemnización por los daños morales provocados al menor.
¿Y vosotros qué opináis sobre este tema? ¿Colgáis fotos de vuestros hijos? ¿Pedís el consentimiento de otros padres para publicar imágenes de sus hijos menores?