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La familia es la familia

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Visto. Empezaste poco a poco. Te fue atrapando la adrenalina. El poder de superación. Las ganas de aventura. Y mírate hoy. En tres meses estarás escalando el Everest.

Hecho. Ya lo tienes todo preparado. Ahora te has propuesto pasar todo el tiempo posible con tu mujer y tu hija antes de emprender el viaje. Pero, espera…

Duda legalmente razonable. ¿Y si me pasa algo? ¿Y si no vuelvo? ¿Qué pasará con mis bienes? ¿Tendrá algo que ver que estemos casados en separación de bienes? ¿Debería hacer testamento?

Empezaré contándoos que da igual que estéis casados en separación de bienes o en gananciales. Esto únicamente sirve para saber de quién son los bienes y, por tanto, qué es lo que hay que repartir y quién tiene que heredarlos.

Me explico, si la casa sólo es de uno de los cónyuges y este fallece, será el total de la vivienda la que se tendrá que repartir. Pero si la casa es de los dos al 50%, lo que se repartirá en la herencia es la parte del cónyuge que se haya muerto.

(Importante por si queréis hablar del tema por ahí: se dice cónyuGE, no conyuGUE.)

Pues bien, si no hacéis testamento, vuestros hijos heredarán todos vuestros bienes por partes iguales. Pero si queréis repartir el pastel de otra forma, podréis dejar por escrito vuestra última voluntad, aunque siempre teniendo en cuenta que, como mínimo, heredarán 2/3 del pastel. Es más, la mitad de esto podéis repartirlo entre ellos como os plazca. Y con el tercio que sobra se lo podéis dejar a quien os venga en gana (palabrita del Código Civil).

Si sois como yo, que os marea todo lo que suena a matemáticas, esto de las legítimas lo podéis ver mejor aquí (a mí me ayuda imaginarme que son quesos del Trivial):

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¿Y el cónyuge que sobrevive, qué? ¿No le toca nada por ley? Pues mira, no, en propiedad se queda con una mano delante y otra detrás. Así que, por ejemplo, si la mitad de la casa ya era suya, tendrá que compartir la propiedad con sus hijos. Peeeeero, lo que sí se le ha reservado al viudo/a por ley es el usufructo del triangulito rojo, el que se puede repartir entre los hijos como se quiera. Pero sólo el uso, nunca podrá vender nada porque no es su dueño, sólo su usuario y el que lo disfruta.

Esto es lo que dice la Ley, pero claro, tu cónyuge y tú os habéis pasado tooooda vuestra vida sudando la gota gorda para pagar la casa de vuestros sueños, tener un coche decente y hasta tener un apartamentillo en Oliva (que está muy de moda) ¿y sólo te pertenece esa miajilla?

Tranquilos, hay solución. Tenéis que hacer un testamento poniendo en grande una cosa que se llama “Cautela Socini”, vamos, lo que toda la vida se ha dicho “Lo mío pa ti y lo tuyo pa mí”, pero con más glamour, y que viene a ser una cosa así:

(Declamar en voz alta como lo haría El Padrino“Lego a mi cónyuge el usufructo universal de la herencia relevada de la obligación de hacer inventario y prestar fianza. En nuda propiedad instituyo herederos a partes iguales a mis hijos. Si algún hijo no respetare el usufructo universal quedará reducida su parte a la legítima estricta, y lo que por ello dejare de percibir acrecerá a los demás hijos que lo respetaren. Si ningún hijo respeta el usufructo universal, lego a mi cónyuge en pleno dominio el tercio de libre disposición y el usufructo del tercio de mejora.”

Suena un poco mafioso, ¿verdad? Pues algo de eso tiene porque lo que viene a decir es que si los hijos quieren heredar todos los quesitos del trivial a partes iguales (más de lo que la ley obliga), tendrán que tragar con que el cónyuge que quede vivo se quede con el uso y el disfrute de todo mientras viva. Ellos serán los dueños, pero su madre, o su padre, podrán hacer todo lo que quieran con los bienes, menos venderlos.

Aunque, claro, eso de saltarse la ley por la torera no está bien visto, así que se les deja la última palabra a los hijos para que digan si están de acuerdo con esta trampilla o no. Serán los hijos los que tienen que decir si aceptan o no esta condición de heredar menos parte hoy, para heredar más parte mañana, esto es, de los 2/3 que en general tienen derecho a heredar los hijos (quesito verde y rojo) si aceptan el usufructo universal, al final heredarán 3/3 (quesito verde, rojo y azul).

Si no aceptan, desde ultratumba se les castiga: (leer con voz del más allá) “Si tú no eres capaz de dejar que tu padre/madre disfrute en vida de todo lo que nos hemos ganado en el matrimonio, vas a heredar lo mínimo, esto es, sólo el quesito verde. Lo demás, se lo repartirán tus hermanos”.

Ah, sólo una cosa más. Si vais a un Notario, no os pongáis a hablarle de quesos del Trivial ni de la Mafia. Os mirará mal.

¿Qué pensáis vosotros? ¿Creéis que es buena idea esto de la Cautela Socini? Podéis dejarme vuestra opinión en los comentarios.


Laura Panach. Abogada en Valencia.