
Detectives paternos
Visto. Hoy ha llegado el inevitable día de regalarle un móvil a tu hijo. Parece que fue ayer cuando nació y ya tiene un móvil en su mano.
Hecho. Hay que ver lo que ha cambiado vuestra relación. Ahora sólo os comunicáis a través del WhatsApp. ¿Pero qué hará todo el día mirando la pantallita?
Duda legalmente razonable. ¿Y si le cogiera el móvil para leer sus mensajes? ¿Estaría cometiendo un delito? ¿Me dejaría de hablar para siempre?
Pues así es. Es entrar un móvil en casa y tu hijo quedarse sordo y mudo. Con la de veces que has deseado pegarle una cinta adhesiva en la boca cuando no paraba de preguntar: ¿Papá, mamá por qué tenemos dos ojos? ¿Mamá, papá, para qué sirve un árbol? ¿De dónde nacen los bebés? ¿A qué huelen las nube? ¿Qué pasa si tiro esto por el balcón?… Y ahora siempre recibes el mismo mensaje por WhatsApp, con el emoticono de la mano con el pulgar levantado, sabiendo que ni siquiera se ha leído la parrafada que le has soltado, porque es imposible que lea taaan rápido. A sus notas me remito.
Si ya lo has intentado todo para volver a ganarte su confianza, te has hecho amigo de él y de todos sus contactos en las Redes Sociales, pero te ha eliminado a la primera de cambio. Si ya no funcionan las charlas mientras está engullendo la comida… Tranquilidad, ya hay una sentencia que te apoya: puedes coger el móvil de tu hijo e investigar todo lo que te venga en gana. Es más, no es que puedas, es que debes haberlo. Aunque mejor si se lo dices antes. Más que nada para que te de la contraseña.
A algunos les puede parecer muy grave vigilar de esa manera la intimidad del menor (seguro que él lo piensa sin duda alguna), como lo sería registrarle su habitación o leer su diario. Pero hay veces que para poder cumplir con vuestros deberes como padres y madres no cabe otra solución. Y más cuando piensas que hay algo que no marcha bien.
Las personas que hicieron las leyes, les impusieron a los papás y mamás la obligación de velar por sus hijos, educarlos y procurarles una formación integral. Así que tenemos que vigilar a nuestros hijos, menores de edad, por su seguridad, ya que así podríamos descubrir, por ejemplo, que están sufriendo bulling, que están tonteando con sustancias no muy recomendables, que no pisan el instituto e incluso que son ellos los que están cometiendo algún delito o abuso, haciendo grabaciones y subiéndolas a las redes, por ejemplo.
No hay que olvidar que en caso de que vuestros hijos cometan un delito siendo menores, los que pagaréis los daños seréis vosotros con vuestros ahorros, así que algo debéis poder hacer para evitarlo, ¿no? (Seguro que con este argumento más de uno se ha pasado al lado oscuro).
Yo creo que cada vez se va a hacer más necesario hacer quedadas de padres y madres para ponerse al día en las RRSS y actualizarse sobre los peligros del momento. ¿Os acordáis del juego de la ballena?
Y en cuanto a si tu hijo te dejará de hablar para siempre, pues seguro que esa será su primera reacción, pero en cuanto le adviertas que le dejarás de pagar la factura del móvil pondrá en su estado: “Amor de padres, forever and ever”.